Introducción al Giallo: Giallo y Thriller a la italiana

Giallo y Thriller a la italiana

El giallo es un subgénero del cinema bis italiano nacido en la década de los 60 y explotado comercialmente en los 70’s. El cine giallo recibe su nombre de las novelas de literatura negra de suspense y crimen (novela pulp) de los años 30 llamadas “Il Giallo Mondadori”, de las que utiliza elementos y adapta tramas y, que se caracterizaban por tener portadas de color amarillo (giallo en italiano).

Otras de las influencias que encontramos nombradas son el cine psicológico de Alfred Hitchcock y el “krimi” alemán de los 60’s, movimiento en el cual se adaptaron muchas de las historias, basadas en el conocido como Whodunit, escritas por Edgar Wallace. En el giallo se unen varios géneros y subgéneros como son el thriller, el terror, el poliziesco, el fantástico, lo erótico o lo psicológico.

En ocasiones, existen discusiones y debates entre los amantes del subgénero acerca de si una película puede o debe catalogarse como giallo en todos los términos en función de sus elementos y tramas. Esto provoca que se diferencie entre giallo puro, cuyos elementos definiría y popularizaría Darío Argento con su “Trilogía Animal” y thriller a la italiana, en los que aunque se tocan alguno de los elementos y pueden catalogarse dentro del suspense, predominan otros géneros y subgéneros por encima del mismo.

Primeros pasos del giallo: 1962 – 1970

El giallo como tal es iniciado por el maestro y artesano Mario Bava con “La ragazza che sapeva troppo (1962)” y asentado con su posterior “Sei Donne per l’assassino (1964)”, considerada una de las piedras angulares del subgénero.

La ragazza che sapeva troppo - 6 donne per l'assassino

Entre 1964 y 1970 podemos destacar ya tanto giallos puros como thrillers a la italiana seminales como son: “La donna del lago (1965)” de Franco Rossellini y Luigi Bazzoni, más cercano al thriller psicológico, “Col cuore in gola (1967)” de Tinto Brass; “Nude… si muore (1968)” de Antonio Margheriti, en la cual ya se muestran elementos recurrentes en el subgénero o “La morte ha fatto l’uovo (1968)” de Giulio Questi, un atípico giallo. Además, tenemos el primer acercamiento al subgénero de los prolíficos directores Lucio Fulci con “Una sull’altra (1968)” y Umberto Lenzi con “Orgasmo (1969)”, thrillers en los que lo sensual, lo erótico, lo sórdido y los líos amorosos están muy presentes.

Asentamiento y popularización: 1970 – 1971

En 1970, aparece de la mano de Dario ArgentoL’uccello dalle piume di cristallo (1970)” que junto a “Il gatto a nove code (1971)” y “4 mosche di velluto grigio (1971)” forman la conocida como “Trilogía Animal”. Aunque es Mario Bava quien presenta por primera vez muchos de los elementos que serán recurrentes en el subgénero, es a partir de “L’uccelo…” cuando se terminan de definir y, sobre todo, se popularizan provocando la aparición de una amplia cantidad de obras de explotación buscando emular sus formas, estructura y éxito cosechado.

Trilogia Animal de Argento

Algunos de los elementos característicos son:

  • El protagonista, normalmente fuera de su ciudad, es testigo o se ve involucrado de algún modo en un asesinato. A partir de este momento, comenzará a investigar por su cuenta e intentar descubrir el porqué del crimen y la identidad del asesino.
  • El asesino viste una gabardina, oculta su cara de algún modo, lleva guantes de cuero y comete sus crímenes con algún tipo de objeto afilado o punzante, generalmente un cuchillo o una navaja de afeitar (utilizada en décadas actuales cuando se quiere hacer un homenaje al subgénero). En ocasiones, estos objetos punzantes emulan figuras fálicas en los asesinatos, denotando traumas infantiles de índole sexual de los asesinos.
  • Los crímenes se muestran desde el punto de vista (POV) del asesino, tanto para involucrar y hacer partícipe al espectador de los asesinatos como para evitar mostrar al asesino todo lo posible. Están orquestados y gozan de una estética visual muy potente recreándose en la violencia explícita, resaltando el color rojo de la sangre y buscando incluso la excitación sexual del espectador. Mientras que los thrillers al uso que conocemos centran su interés en la investigación policial, los giallo explotan la escenografía y estética de los asesinatos, lo que llevaría a considerar al subgénero como una de las influencias clave del slasher americano popularizado por el “Halloween (1978)” de John Carpenter.

Seis Mujeres para el Asesino

  • Otra constante es que la solución acerca del misterio y la identidad del asesino se encuentra en el subconsciente del protagonista desde el comienzo, surgiendo al final de la trama en forma de flashback con algún estimulo exterior como activador. La psique juega un papel importante a través de experiencias como alucinaciones, enajenación, paranoia, ensoñaciones e intentos de recordar algún elemento del pasado o recuperar la memoria.
  • El guión suele tener varios giros, sobre todo hacia el climax de la trama, momento en el que se desvela el misterio, generalmente consistente en la identidad del asesino. En muchas ocasiones se le da al espectador un dato clave ocultado durante toda la película, sin el cual difícilmente podría haberse adivinado quien era el asesino. Como he comentado, se cuida más la estética y puesta en escena de los asesinatos que la historia, por lo que es frecuente que el guión tenga decisiones y resoluciones algo estrambóticas y que chirríen a primeros espectadores.
  • Las localizaciones sueles ser ciudades italianas, mostrando sus calles con el mayor tenebrismo posible. Además, suelen mostrarse entornos y ambientes de la moda y el arte, así como casas con decoración recargada y gótica. Sin embargo, algunos directores han llevado el giallo también a entornos rurales, fuera de las zonas urbanitas. 

  • La policía se muestra como un cuerpo incompetente e incluso como un estorbo para el protagonista a la hora de descubrir al asesino. Es recurrente que el protagonista acuda y reciba la ayuda de investigadores independientes o personas de los bajos fondos apartados del sistema.
  • El apartado musical también juega un papel importante siendo frecuente que la película comience con una larga secuencia, donde seguimos a uno de los personajes, acompañada por los títulos de créditos y un tema musical que será el leit motiv de la película. En las bandas sonoras encontramos mezclas de géneros como el jazz, la música disco o la psicodelia, destacando compositores de renombre como Ennio Morricone (Una lucertola con la pelle di donna), Bruno Nicolai (Tutti i colori del buio), Stelvio Cipriani (L’iguana dalla lingua di fuoco) o Riz Ortolani (Non si sevizia un paperino), entre otros. En muchas ocasiones se asocia de manera errónea a la banda italiana de rock progresivo Goblin a los giallo, debido a su exitosa participación en “Profondo Rosso” así como en varías de las obras cumbre de la filmografía de Darío Argento como “Suspiria” o “Inferno”. Si queréis descubrir y escuchar una selección de los mejores temas giallo y sentir que recorréis las calles de Italia, os invito a escuchar el Jukebox que le dedicaron en el podcast “Ultimo Weekend”.

Además de los nombrados, existen otros elementos, acciones y situaciones que se suelen repetir como son: números y animales en los títulos, botellas de J&B, teléfonos rojos, grabadoras, etc. por lo que a modo de juego, y tomando la idea vista en el blog “The Giallo Files”, he elaborado una checklist a tener en cuenta cada vez que disfrutéis un giallo.

Proliferación y explotación (1971-1975)

Aunque presente hasta finales de los 70 e incluso principios de los 80’s, será entre 1970-1973 cuando el giallo goce de su mayor auge y proliferación, surgiendo la mayoría de las obras que tantas alegrías nos han dado a los que amamos el subgénero. Por nombrar algunas de las piezas clave y de mis favoritas encontramos: La dupla del mismo año “Lo strano vizio della Signora Wardh (1971)” y “La coda dello scorpione (1971)” de Sergio Martino; “Giornata nera per l’ariete (1971)” de Luigi Bazzoni; «La morte cammina con i tacchi alti (1971)» de Luciano Ercoli; “Cosa avete fatto a Solange? (1972)” de Massimo Dallamano; “Sette orchidee macchiate di rosso (1972)” de Umberto Lenzi; “Perché quelle strane gocce di sangue sul corpo di Jennifer? (1972)” de Giuliano Carnimeo o “La dama rossa uccide sette volte (1972)” de Emilio Miraglia.

Cosa avete fatto a solange - La dama rossa uccide sette volte

En este periodo encontramos también destacables obras definidas como, del modo que comentaba al comienzo, thrillers a la italiana. A mi criterio, este término engloba las películas del subgénero en las que: la trama de un modo u otro se basa en el suspense, pero predominan otros géneros como puede ser el thriller psicológico, el poliziesco o lo erótico; aparecen uno o dos elementos claves del subgénero de manera clara o tangencial y están enmarcados dentro de la época.

Por un lado tenemos producciones en las que podemos observar elementos como triángulos y líos amorosos, infidelidades, relaciones de incesto o entornos con gente rica y adinerada que da rienda suelta a sus vicios en fiestas con alcohol, drogas y música psicodélica. «Alla ricerca del piacere (1972)» de Silvio Amadio, la cual está reseñada en la web, o «Paranoia (1970)» de Umberto Lenzi son algunos ejemplos. 

Y por otro lado están los thrillers en los que predominan los elementos oníricos, psicológicos, las ensoñaciones y la paranoia. Dentro de este tipo tenemos las grandes “Una lucertola con la pelle di donna (1971)” de Lucio Fulci y “Tutti i colori del buio (1972)” de Sergio Martino.

Tutti i colori del buio - Alla ricerca del piacere

El hecho de que esté de acuerdo en diferenciar entre giallo puro y thriller a la italiana se debe a una experiencia propia cuando comencé a interesarme por el subgénero. Si un espectador comienza a descubrir y visionar giallos a través de Mario Bava y Darío Argento y quiere continuar, lo normal es que busque listas de giallos recomendados esperando encontrarse más guantes negros, más asesinatos y más muertes estilizadas. Esto puede provocar, como fue mi caso, que en un primer visionado no se disfrute del todo al visionar películas como la mencionada “Tutti i colori del buio (1972)”, catalogada en ocasiones como Polanski’s exploitation, o “Le orme (1975)” de Luigi Bazzoni y Mario Fanelli, ya que se desmarcan del giallo al uso derivando en otros géneros como el thriller psicológico.

A parte de las anteriormente enunciadas, encontramos otros thrillers a la italiana dentro de la época a destacar como son: “La corta notte delle bambole di vetro (1971)” de Aldo Lado; “Non si sevizia un paperino (1972)” de Lucio Fulci; “Il profumo della signora in nero (1974)” de Francesco Barilli o “La casa dalle finestre che ridono (1976)” de Pupi Avati.

Giallo a la española

Como curiosidad, en esta época en España también aparecieron productos buscando emular las formas de los giallo y thrillers italianos. Algunos de ellos son:

  • «Viaje al vacío (1969)«. Javier Setó
  • La casa de las muertas vivientes (1972)”. Alfonso Balcázar
  • Jack el destripador de Londres (1972)” y “Los crímenes de Petiot (1973)”. José Luis Madrid
  • Los ojos azules de la muñeca rota (1974)”. Carlos Aured
  • Una libélula para cada muerto (1974)“. León Klimovsky
  • El asesino está entre los trece (1974)”. Javier Aguirre
  • La Muerte llama a las diez (1974)” y “Los mil ojos del asesino (1974)”. Juan Bosch
  • El pez de los ojos de oro (1974)”. Pedro Luis Ramírez
  • Todos los gritos del silencio (1975)«. Ramón Barco

Últimos pasos

En 1975, Darío Argento rueda “Profondo rosso”, considerado por muchos como el mejor giallo y/o el más completo y representativo, a partir del cual comenzaría el declive del subgénero a la par de la popularización y la explosión del slasher. Por último, también de la mano de Argento, llega en 1982Tenebre”, nombrado como el último giallo, en el cual se llevan los elementos que lo definen a su máxima expresión e incluyendo infulas del slasher.

También en 1982, Lucio Fulci dirije “Lo squartatore di New York”, un slasher catalogado por muchos de giallo, personalmente de manera erronea; ocurriendo algo parecido a final de la década con “Deliria (1987)” de Michele Soavi.

Neo-giallos y homenajes

Podría decirse que desde 2009 hasta la actualidad han surgido una serie de directores, mayormente europeos, que buscan homenajear, plasmar influencias y recuperar la estética y algunos elementos de los giallo y thrillers italianos. Algunos de los directores y obras más destacadas y reseñables, al menos como curiosidad y como trabajos experimentales son los siguientes:

  • «Ojos de Cristal (2004)» de Eros Puglielli
  • Amer (2009)” y “The Strange Color of Your Body’s Tears (2013)”, de la dupla de directores belgas Hélène Cattet y Bruno Forzani.
  • Masks (2011)” de Andreas Marschall.
  • «Buenas noches, dijo la señorita pájaro (2012)» de César del Álamo (Leer Reseña)
  • Tulpa – Perdizioni mortali (2012)” de Federico Zampaglione.
  • Sonno Profondo (2013)”, “Francesca (2015)” y «Abrakadabra (2018)» de los hermanos argentinos Onetti.
  • «Mirada de Cristal (2017)» de Ezequiel Endelman y Leandro Montejano
  • «Bloody Ballet (2018)» de Brett Mullen. (Leer Reseña)
  • «Knife + Heart (2018)» de Yann Gonzalez. (Leer Reseña)

Los aficionados al giallo que hayan llegado hasta aquí seguro que han echado en falta algunas obras y directores, pero podéis guardaros las navajas de afeitar, ya que tengo pensado ir elaborando varias entradas en la cuales hablar de directores que yo considero clave para entender el giallo, comentando ligeramente sus obras y aportaciones al subgénero. Podéis poder en los comentarios que directores son vuestros predilectos o sobre cuales queréis que hable, seguro que me descubrís alguno que no conocía.

Espero que haya resultado interesante y ameno tanto para los ya experimentados en el giallo como para los que tengan interés por conocer y comenzar en el subgénero. Para terminar os dejo el especial de cine giallo del podcast Siete Notas en Negro de Cine y Otras Drogas en el cual tuve el honor de participar.

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