«The Bloodstained Shadow» (nombre original «Solamente Nero» y conocido en el mercado español como «Sombra Sangrienta«) es la segunda incursión en el cine giallo del director Antonio Bido (el año anterior había realizado «Il gatto dagli occhi di giada«). Se estrena en 1978, años ya de una menor proliferación de productos que comienza con el giallo zenit «Profondo Rosso (1975)» de Argento y podríamos decir que se cierra con otra obra del mismo director, «Tenebrae«, en 1982. Aunque se trata de uno de los giallos con mayor duración que recuerdo (109 minutos), «Solamente Nero» no se hace para nada largo y logra mantener el interés, sin presentación de sórdidas muertes, con una historia de whodunit.
«Una joven es asesinada en una isla de Venecia, quedando el caso sin resolver. Siete años después, vuelven a producirse unos asesinatos sospechosos en el pequeño pueblo.«
El profesor Stefano D’Archangelo vuelve al pequeño pueblo donde nació para reunirse con su hermano Don Paolo, el cura local. Este último le informa sobre un pequeño grupo que inquieta al pueblo, formado por una médium, un profesor, un médico y una matrona. En los primeros paseos del profesor por las calles del pueblo podemos sentir un ambiente amenazador, plasmado en las miradas fijas de los habitantes sobre el protagonista. Esta atmósfera opresiva, como si todos ocultansen algo, retrotrae directamente a obras como «The Wicker Man (1973)» y a otra obra italiana «La casa dalle finestre che ridono (1976)«. De hecho, comparte más de un elemento con esta última a parte de actor protagonista. Se emplaza en un entorno rural, una obra artística (en este caso un cuadro) tiene una importancia en la trama, y está muy presente el mundo católico y de la Iglesia (como crítica).
Una noche lluviosa, Don Paolo observa desde su balcón el asesinato de la médium, la cual es estrangulada por una misteriosa figura con guantes de cuero. Tras ellos, comienza a recibir misteriosas notas escritas a máquina, iniciando su hermano Stefano más activamente una investigación personal. Mientras Stefano investiga, se suceden varias muertes en la isla, de las cuáles ninguna goza de una explícita y sangrienta resolución – como se suele esperar y desear – pero que están elaboradas y planificadas (sobre todo el tiempo que se toma hasta la muerte) con encanto y solvencia. Tanto el tema central como las escenas que comento, donde seguimos a las víctimas por las calles de Venecia o por los pasillos de su hogar hacia una muerte anunciada, vienen acompañadas de manera notable por Stelvio Cipriano (aunque he leído en algún sitio como en el libro «Todos los colores del giallo«, que verdaderamente corre a cargo de Goblin).
Durante el transcurso de la película hasta la resolución final acudimos a varios elementos más que conocidos por los amantes del giallo, como el recuerdo oculto en la memoria, el recurso de una pintura/cuadro, la máquina de escribir o el trauma infantil. Pero como digo al comienzo, no se ve como un refrito, sino no como un uso de los tropos del subgénero por parte de Antonio Bido en su favor, dándonos una historia que se deja seguir, mantiene el interés y de la que podemos decir que el desenlace no es inverosímil. En definitiva, una grata sorpresa encontrar todavía giallos tan disfrutables como este, y más aún viendo el año de estreno del mismo.
SOLAMENTE NERO (1978)
Dirección: Antonio Bido
Guión: Marisa Andalò, Antonio Bido
Música: Stelvio Cipriani
Fotografía: Mario Vulpiani
Reparto: Lino Capolicchio, Stefania Casini, Craig Hill, Massimo Serato, Juliette Mayniel, Laura Nucci, Attilio Duse, Gianfranco Bullo, Luigi Casellato, Alfredo Zammi, Alina De Simone
Género: Giallo. Thriller. ITALIA. 109′. 1978.
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